miércoles, 1 de julio de 2009

castigos de risa....

Nada, que leo los castigos que anoté y...me dan risa, después de los 1400 en una semana que me diste.

En fin...un no parar. Y ahora, que te ha dado por los outdoor. Es que es lo que toca, supongo. Teniendo jardín y careciendo de vecínos. Por cierto, ¿dónde están las estacas con las que piensas atarme sobre la hierba desde hace como ....tres años? Lo digo porque no me apetece nada.

Me encanta cuando eres muy Amo....¡casi me gustas a pesar de lo tirano que te vuelves!

personajes


Bueno, la foto no es muy buena, pero esta es val. Es mi personaje en los mundos de Gor. Quería traerla aqui porque también soy yo misma. Claro que en otro "ambiente", diferente y encantador. Me gusta jugar. Me permite desarrollar todo mi espectro de fantasías sin la más mínima censura física, ni emocional. Juego a ser una kajira de otro universo, juego a obedecer a cualquier Amo, juego con mis hermanas kajiras y me encandilo vistiendo mis sedas blancas, mi escueto kamisk y vivo, en una ciudad costera, volcada en el comercio y en los barcos. Sirvo en una taberna, doy todo tipo de comidas, bebidas y placeres. Llegan Amos de muchas ciudades, buscando una buena copa fría de paga y un guiso de tierna carne de vulo.
Uno de los lugares que más me gusta visitar en la ciudad es el kennel. Huele bien nada más entrar. Allí puedo darme un baño en las termas, cuidarme y estar un rato a solas entre en murmullo de los chorros de agua vaporosa y el de la ciudad de fuera, este apenas perceptible desde aqui, por la gruesa contextura de las paredes.
Llegué al kennel por casulaidad, huyendo de un ataque de castas negras que entraron en la ciudad. Mi hermana mor me guió hasta la salida al bosque atravesando el kennel y las murallas. Hay una puerta secreta que permite huir en caso de ser atacados. Las kajiras no podemos llevar armas ni utilizarlas. Nos costaría la vida.
Mi ciudad, Lydius, es grande y hermosa. Está hecha de buenas gentes, buena tierra y buen mar. Me alegro de haber llegado hasta aqui, de la mano de los Reyes Sacerdotes, a los que nadie jamás vio pero todos intuyen.
Creo que si tuviera más vidas, elegiría una que estuviera en la contratierra. Allí soy, sencillamente, una imagen muy dulce de mí misma.

del negro al amarillo

Que es el color que tiene ahora mi culo. Después de esta temporada de intensa "doma" o, como me gusta a mí llamarlo, "adiestramiento" a lo perro, parece que puedo devolverle a mi piel su estado más o menos normal. Y digo más o menos, porque aunque mi Amo dice que no le gusta verme el culo lleno de moratones, pues yo no estoy tan segura. Creo que le encanta saborear el momento en que agarra el cane, o el cinturón y lo estrella una y otra vez sobre mis indefensas nalgas.
Casi cada noche, casi cada mañana al despertar. Le encanta prohibirme que me mire, que contemple el lienzo sobre el que desarrolla su mejor arte. Sabe que eso es imposible. Tan imposible como que me frote el lugar del golpe con las manos, tratando de aliviar el dolor.
No me gusta el dolor. Y, en fin, el castigo, ¡duele! No soy masoquista y no disfruto de la sensación de superar el umbral de mi propio aguante. Es más, si alguna vez me ha zurrado tanto que he perdido la sensibilidad, el juego se vuelve absurdo y yo me siento frustrada. Una vez nos paso, ¿recuerdas, Amo? Pero entonces estábamos empezando a conocernos de verdad y no era lo mismo. Aunque era diferentes y estaba lleno de encantos. Tantos, como los de los hoteles a los que íbamos...eran otros tiempos y otros mundos. Pero los mundos no se acaban, y es bueno conocer otros planetas....