sábado, 13 de junio de 2009

Rumiando viviencias


Al abrigo del sofá y mi mantita verde, dejo ir mi mirada a la linea de horizonte que dibujan las montañas que se ven más allá de mi jardín. De un verde más vivo, los árboles la quiebran y emborronan y, cuando la brisa los mece, me sacan de la quietud en la que deseaba ensimismarme para revivirme dentro en mi último castigo. Así que voy y vengo, rumiando viviencias pasadas.
Es curioso. Hace apenas un mes hubiera dicho que se nos había olvidado nuestra forma de vivir. Me entristecía al recordar nuestros primeros días de convivencia, cuando yo le recibía de rodillas en casa; le quitaba los zapatos y hundía su polla en mi boca para saludar. Me volvía loca hacer eso.
Cuando mi Amo se ponía cómodo, yo le presentaba mi diario y él leía en él todo mi día, incluyendo las faltas. Yo esperaba a que terminara muy quieta sobre sus rodillas, boca abajo y con el culo descubierto. Esperando que Él decidiera castigarme por lo que allí había escrito.
En aquel tiempo vivíamos solos. En casa acostumbraba a ponerme el collar. Algunas veces también las tobilleras y muñequeras de cuero. Todo lo que existía en nuestro hogar estaba atravesado de D/s. Fueron tiempos muy felices para mí. También fueron duros, no siempre me apetecía llevar un plug en en culo durante toda la tarde...por poner un ejemplo. Pero él siempre dijo que ser sumisa no es fácil.
En aquel tiempo firmamos nuestros contrato. Fue muy especial. Algún día hablaré de lo que supuso para nosotros ese momento y el cuidado con el que lo preparamos.
Después, la vida se nos complico cada vez más y creo que nos dejamos arrastrar por la corriente de la rutina y la desgana. Vivir una relación de Amo/esclava supone tiempo y esfuerzo. Una esclava debe sentirse siempre sometida y eso exige del Amo dedicación e imaginación constantes.
Pero las cosas están cambiando para mejor. Prácticamente soy azotada a diario. Enculada y sometida. Su gesto es de nuevo el de un Amo. Y yo ardo en deseos de sumisión. Sé que no tengo límites y que es El quien debe frenarme, pero este ritmo creciente de firmeza y doma, me están viniendo muy bien para resituarme. Me siento bastante contenta por ello y le agradezco a mi Dueño lo que hace por nosotros.

Gracias con toda mi alma, que es tuya.
Valeria{Dd}

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